El Teatro Leal es una joya arquitectónica y cultural inaugurada en 1915 gracias al impulso del filántropo local Antonio Leal Martín y al diseño del arquitecto Antonio Pintor Ocete. Este edificio de estilo ecléctico destaca por su fachada simétrica, compuesta por un cuerpo central de dos plantas flanqueado por torreones de tres alturas. La decoración exterior combina elementos eclécticos y modernistas, con profusión de motivos vegetales y máscaras teatrales esculpidas por Compañ, quien también realizó los adornos de la galería alta y las sobrepuertas del anfiteatro.
En su interior, el teatro se organiza en cuatro niveles: patio de butacas, palcos, principal y anfiteatro. La planta en forma de herradura favorece una excelente acústica, aunque limita la visibilidad en algunas localidades laterales. Destacan las pinturas murales y del techo, obras de Manuel López Ruiz y Manuel Verdugo. A lo largo de su historia, el Teatro Leal ha sido escenario de diversas manifestaciones culturales, incluyendo las primeras proyecciones cinematográficas de La Laguna. En 1926, acogió el estreno de “El ladrón de los guantes blancos”, primer largometraje rodado en Canarias.
Tras su cierre en 1990 por problemas estructurales, fue restaurado y reabierto en 2008, recuperando su esplendor original. Actualmente, con una capacidad para 512 espectadores, continúa siendo un referente cultural en la isla, acogiendo una variada programación de teatro, música y danza.